Por Itzel Chan
Fotografías: PNUD
Las formaciones geológicas en Yucatán son diversas, pero poco se habla de los Xúuch, las cuales funcionan como desagües naturales y que ante el desconocimiento de su importancia son rellenados para construir casas, carreteras o simplemente son usados como tiraderos, lo que ocasiona cada vez más inundaciones.
Una zona en la que se ha identificado una importante cantidad de Xúuch es en San Agustín, Tekax, comunidad maya ubicada en el corazón de la Reserva Estatal Biocultural del Puuc, en donde sus habitantes los protegen por su valor ancestral y ecológico.
Yameli Aguilar Duarte, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, Yucatán y presidenta de la Asociación Mexicana de Estudios del Karst, explicó que los Xúuch tienen una relación profunda con las zonas de relieve y los fenómenos hidrogeológicos.
El nombre que llevan estas cavidades tiene relación con la palabra en maya que hace referencia a un acto de absorción, por lo tanto su función es como si la tierra absorbiera a sorbos el agua acumulada.
La investigadora compartió que estas oquedades se localizan con mayor frecuencia en el sur de Yucatán, pero que no son tan conocidas como los cenotes, rejoyadas o aguadas, que muchas veces tienen mayor valor turístico.
“Los Xúuch tienen un funcionamiento muy importante desde el punto de vista hidrogeológico y no se han estudiado mucho; desde la arqueología sí se conocen porque al asentarse la cultura maya aquí, ellos han tenido el conocimiento de estos desagües naturales”, indicó.
Los mayas antiguos leían paisajes, por lo tanto, los Xúuch fueron elementos importantes para distribuirse como población y para el manejo del agua.
La razón por la que existen en su mayoría en el sur del estado, es porque hay planicies rodeadas de zonas altas y cuando llueve, todo el escurrimiento llega a una zona de desagüe que es donde están los Xúuch.
“Se tienen que seguir conservando y sobre todo, mantener activos, además lo importante igual es que se evite construir sobre ellos”, añadió.
Al no ser reconocidos y tampoco ser registrados por cartografías del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), tampoco son contemplados en los Ordenamientos Ecológicos Territoriales, situación que los pone en riesgo.
En algunos casos, los Xúuch se tapan de manera natural, es decir, con tierra o vegetación que es arrastrada hacia ellos, sin embargo, la importancia también de que la comunidad sepa que están en determinadas zonas, evita que corran riesgos, pues cuando el agua se acumula, después de un tiempo, se hace el efecto como el inodoro al bajarle la palanca.
“Cuando llegan eventos extraordinarios como las tormentas, se inundan y aunque están tapados, en algún momento inesperado ocurre un ‘destaponamiento’, es decir suena entonces como una explosión y al activarse su función, ocurre como cuando le bajas la palanca al excusado y las corrientes se llevan todo lo que está a su paso”, compartió.
La investigadora insistió en que deben de ser conocidos, cuidados y se debe hablar de ellos como se habla de los cenotes, los manglares, las dunas y otros rasgos de los ecosistemas que protegen a la población en casos de huracanes, lluvias e inundaciones.
Humberto Chablé Matus, habitante de Sabacché y miembro de la asociación civil Misioneros, mencionó que en su comunidad se han organizado para identificar los Xúuch, a tal grado que ya llevan contabilizados 19, los cuales han marcado y en los que también colocaron rejillas para que se identifiquen y no se tapen.
Para él, los Xúuch tienen un valor ancestral que debe ser protegido porque por ejemplo, actualmente, para evitar inundaciones, las autoridades optan por perforar pozos de captación, cuando estas formaciones podrían hacer esa función.
Humberto, junto con otros integrantes de la asociación como don Idelfonso Yah Alcocer, recordaron que ellos saben de la existencia de los Xúuch desde la infancia y es justo este conocimiento que quieren heredar a sus hijas e hijos.
Con el cuidado de los Xúuch, las personas que habitan en comunidades del sur del estado esperan conservar algo de sus raíces ancestrales y al mismo tiempo, promueven una conexión con la naturaleza.
