Por Itzel Chan
Fotos: Tony Baeza
Hace poco leí una frase que más o menos decía “cómo te puedes llamar artista si no abordas las problemáticas sociales actuales” y tomando como base esta premisa, quienes participan en la elaboración de ‘Tráfico’ son verdaderos artistas.
Tuve le oportunidad de ver la obra en Teatro Casa Tanicho en la pasada Noche Blanca, y se trata de un monólogo interpretado por el actor John Hristo. Temas como el trabajo sexual y el crimen organizado son los abordados en esta puesta.
En la voz y el cuerpo del actor, se cuenta la historia de Alex, un joven que como miles de mexicanos (desafortunadamente) va perdiendo las oportunidades conforme crece.
A lo largo de su historia, diversos hechos, como la muerte de su madre y el abandono de su padre, van sumando ciertas tristezas que al final lo dejan sin alma.
Desde el inicio, Alex nos comparte con un tono cómico que se dedica al trabajo sexual, habla sin ‘pelos en la lengua’ sobre lo mucho que disfruta esta actividad y cómo le saca provecho, por momentos hasta parece que nos brinda tips a las y los espectadores.
Sin embargo, la parte divertida se desvanece conforme avanza la historia, pues nos sumerge en las anécdotas sobre cómo terminó involucrándose en el crimen organizado y cómo la suma de hechos lo dejan al borde de la soledad.
La energía de Hristo se mantiene de principio a fin y desde lo que logra con su trabajo actoral nos hace acompañarlo a su barrio, a las calles y a las habitaciones de hoteles en las que se encuentra su personaje y donde se concrentan cientos de historias empapadas de nostaliga y sangre fría.
Fue inevitable igualmente confrontarnos como sociedad y meditar sobre cuáles son los efectos de la violencia intrafamiliar y el maltrato infantil, pues Alex pasó de ser un niño brillante con aspiraciones de ser astronauta a un joven sicario, pasó de ser un joven con muchas esperanzas a un adulto sin piedad.
Con el uso únicamente de una motocicleta como escenografía y el uso total de su cuerpo, el joven actor nos presenta con hilarante actuación todo lo que implica para él la marginación de la que fue objeto en muchos aspectos.
Al inicio de la obra, entre las personas espectadoras todo fue risas, mismas que se fueron desvaneciendo conforme avanzó la trama porque en efecto, el final no es para nada risible y si acaso, algo te causaba risa, podías sentir vergüenza al mismo tiempo.
‘Tráfico’ oscila entre la crítica social y el reflejo de la vida en un país que oprime y humilla. El texto es un monólogo escrito por el dramaturgo franco-uruguayo Sergio Blanco y coloca al personaje en la periferia de alguna ciudad latinoamericana que bien puede adaptarse a alguna zona sur de Yucatán o del México mismo y en esta ocasión, el cubano Carlos Sarmiento trajo a Mérida.
Al final celebré igual que fuera un equipo integrado absolutamente por hombres, no por una aprobación masculina sino porque es válido que ocasionalmente los géneros encuentren sus iguales y desde sus necesidades aborden temas que les competen.
Por ejemplo, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el caso de los hombres en México, la razón de muerte en 2021 fue de 50 homicidios por cada 100 mil personas, pero en efecto, son hombres matando a otros hombres y en este caso, Alex refleja la vida de cualquiera de ellos.