Por Itzel Chan
Su nombre es Rosaura, pero es más conocida como Ros y de su apellido, ni hablar, va muchísimo con ella: Luna, pues como astro se relaciona con la sabiduría y también con las brujas, que de eso les platicamos líneas más abajo.
Ros estudió artes visuales y su profesionalización la encontró en el tatuaje. Sus diseños son únicos, auténticos y de pura inspiración propia.
Si vas a su estudio es común que veas dibujos de serpientes, dragones, arañas y otros seres que comúnmente los asociamos a lo oscuro y sí, de alguna forma sí, pero Ros agrega la ternura y les acompañan flores y otros elementos que cambian la perspectiva hacia lo fuerte y dulce.
Sus ganas de aprender a tatuar la llevaron a practicar en diversos estudios, en donde aprendió mucho, pero también enfrentó violencias machistas, pues hasta hace unos años no era común que una mujer tatuara y mucho menos que tuviera su propio espacio de creación y trabajo.
“Al paso del tiempo aprendí reglas que son muy propias del tatuaje, porque no puedes hacer lo que quieras con la piel, tiene un límite”, comenta.
Para ella, tatuar se ha convertido en un medio para reflejar su estilo, ideología y libertad.
Ros ha logrado que el trabajo de ella y de más mujeres tatuadoras sea visto, difundido y valorado en Yucatán.
“A mí me mueve la ternura radical, porque prefiero lo tierno, no lidiar con ideas machistas, no lidiar con personas violentas, pero sí encontrarme con personas en espacios donde la energía es distinta, es más bonita y más abrazadora”, indica.
El feminismo que Ros vive y practica también está reflejado en propuestas que hace para sus tatuajes, en donde sí plasma que se opone de manera definitiva a un sistema patriarcal.
En su piel tiene por ejemplo, unas tijeras ‘Barrilito’, como una especie de símbolo antipolicial y a la vez como una crítica por la detención injusta de seis mujeres que se registró el 25 de noviembre de 2019, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, precisamente a una de ellas por llevar unas tijeras de este tipo porque las consideraron un arma mortal.
Ros ha aprendido a expresarse a través de sus dibujos, diseños, su voz y letras, pues también sus escritos han inspirado a otras mujeres a salir de círculos de violencia y otras más, se han atrevido a pedirle apoyo.
Aunque en etapa escolar confiesa que le costaba mucho comunicar sus ideas de forma clara, ahora ya no tiene miedo de decir todo lo piensa, aún así alguien se incomode.
Por sus propuestas literarias desde un enfoque feminista, ha ganado reconocimientos en convocatorias de ensayos, como el que le otorgó la asociación Igualdad Sustantiva Yucatán.
Para Luna esto ha sido un impulso para explorar más formatos y así llegó a la creación de un podcast junto con Pame Zubieta que nombraron ‘Brujas Blasfemas’, para abordar temas sobre feminismo, política, religión, arte, ciencia y otros de interés.
Con los pseudónimos de Bruja Sapo y la Coneja Blasfema lograron alcanzar diversas audiencias.
Desde todas sus trincheras Rosaura ha dado también acompañamiento a personas víctimas de violencia.