A un costado de la carretera hacia las cascadas de Hierve el Agua, doña Berta Martínez, una mujer emprendedora originaria de San Lorenzo Albarradas, ha transformado su pequeño local en un escaparate de la riqueza cultural de Oaxaca. Con productos que van desde el tejate tradicional hasta mezcales y curados en sabores únicos como beso oaxaqueño, piñón, café, zarzamora, coco y piña colada, doña Berta ha creado una oferta que conecta tradición, innovación y sustentabilidad.
Su emprendimiento no solo destaca por la calidad de sus productos, sino también por ser un ejemplo de economía circular liderado por una mujer. Doña Berta trabaja con insumos locales, asegurando que los beneficios económicos permanezcan en la región y respetando el medio ambiente. Este modelo, que nutre a las comunidades y al entorno, es una muestra de cómo el turismo puede integrarse de manera positiva con las vocaciones productivas de la zona.
El tejate, conocido como “la bebida de los dioses”, es un emblema de la tradición oaxaqueña. Con cada sorbo, los visitantes no solo disfrutan de su sabor único, sino que también aprenden sobre su historia y el profundo significado cultural que lo rodea. Asimismo, los mezcales de hierbas medicinales y los curados reflejan un equilibrio entre innovación y respeto por las prácticas ancestrales, al ofrecer productos que combinan beneficios para la salud con la autenticidad de la región.
Sabores como zarzamora, café y piñón resaltan la capacidad de las comunidades para innovar sin perder su esencia. Los mezcales elaborados con hierbas curativas o alacrán, por ejemplo, no solo promueven el aprovechamiento integral de los recursos locales, sino que también rescatan saberes tradicionales que han sido transmitidos por generaciones, demostrando la importancia de preservar estos conocimientos.
Doña Berta es más que una productora; es un ejemplo inspirador de resiliencia y liderazgo femenino en Oaxaca. Su labor destaca la importancia de preservar el comercio comunitario como motor para fortalecer la identidad cultural, la economía local y el medio ambiente. Cada sorbo de tejate o mezcal es una celebración de la tradición y el esfuerzo colectivo por proteger estas riquezas para las futuras generaciones.