Por Itzel Chan
Fotos María Campos
Con los efectos del cambio climático los patrones del clima cambian, y se siente más calor o más frío que antes; se registran más inundaciones e incendios forestales y las aves son las que sufren los efectos, lo que las convierte en indicadores ambientales porque con su comportamiento muestran si todo va en orden o hay alguna alteración.
María Campos forma parte de Amazilias, una red de mujeres dedicadas a la naturaleza y al empoderamiento a través de la observación de aves, y ella confirma que lo que hacen es parte de promoción de ciencia ciudadana y conforme pasa el tiempo, ella y sus compañeras se vuelven testigo de los cambios que tienen las aves en su comportamiento.
Hay más de 160 participantes de Amazilias en todo el país y con su observación confirman que las aves pierden cada vez más áreas que antes ocupaban para su reproducción y anidación.
María explica que las especies migran de acuerdo con la disponibilidad de comida que hay en las zonas que visitan en determinadas épocas del año, por ejemplo, cuando el invierno llega a Estados Unidos algunas especies bajan a otros países, como por ejemplo México y otras continúan su viaje hasta Argentina.
“Pero vemos que comienzan a modificarse los patrones porque mientras más tarde en llegar el invierno allá, más tardan en bajar las aves. Incluso a tal grado que por los cambios de clima ellas puede que no logren distinguir cuando llegó el invierno”, menciona.
La modificación en el comportamiento de las aves afecta también a las plantas porque las que dependen de su polinización igual interrumpen su proceso.
Un riesgo latente es que unas especies se adapten mejor en un hábitat distinto al suyo y se conviertan después en una plaga, pudiendo desplazar a otras del lugar.
Con la observación de aves María y sus compañeras proponen que estas problemáticas se visibilicen y de algún modo, sea posible que se frenen los problemas que generan mayormente las grandes industrias extractivistas.
