Por: Redacción
Mérida, la de Yucatán, ha experimentado un crecimiento económico y demográfico sin precedentes en los últimos años. Según datos del INEGI, la población de Mérida creció un 20% en la última década, atrayendo a familias de diversas entidades del país que buscan calidad de vida y seguridad. Sin embargo, este crecimiento ha puesto en evidencia carencias en servicios, particularmente en opciones recreativas como clubes deportivos familiares.
Esta necesidad fue la que prometió cubrir un club deportivo que surgió como una inversión innovadora en la ciudad. Con el lema “Tu camino al deporte”, el club ofreció la posibilidad de que familias – principalmente de las colonias Maya, Gran San Pedro, Cholul, Los Héroes y el municipio de Conkal – accedieran a instalaciones de primer nivel, pero en la práctica, más que un camino a la activación física terminó siendo un obstáculo para muchos.
“Parecía una gran idea, pero acabó siendo una gran decepción. No sólo no cumplieron lo prometido, sino que dejaron a muchos usuarios abandonados”, comenta un afectado.
El club nació como un proyecto ambicioso, aunque primero bajo otro nombre. Digamos que desde el bautizo la fiesta pintaba mal, ya que originalmente, alrededor de 2014 y 2015, se promocionaba bajo el nombre de “Albatros”, esas aves marinas de alas largas, como largas fueron las excusas que dieron durante su etapa de construcción.
Desde su inicio, el proyecto invirtió en una estrategia de publicidad, con espectaculares y renders que mostraban instalaciones y espacios de primer nivel. Las imágenes promocionales mostraban áreas impecables y modernas, lo que generó altas expectativas entre los clientes potenciales, destacando su alberca semiolímpica, piscinas al aire libre, canchas de tenis, pádel, gimnasio de alto rendimiento, campo de béisbol y áreas sociales.



El club ofrecía diferentes tipos de membresía, desde individuales hasta familiares, con beneficios como acceso prioritario a clases, descuentos en actividades y eventos especiales. Los vendedores destacaban la calidad del servicio y la infraestructura como una de las mejores opciones de Mérida.
“Las promociones eran muy atractivas, y los vendedores te convencían de que era una inversión a largo plazo. Decían que sería el mejor club en Mérida”, comenta una de las primeras personas en adquirir una membresía familiar.
Sin embargo, detrás de la imagen de modernidad y éxito, el club ya enfrentaba retrasos en su desarrollo.
Las dificultades para arrancar
Desde su concepción, el proyecto enfrentó serios obstáculos. La construcción tuvo retrasos significativos y la comunicación con los usuarios fue entrecortada, lo que originó que algunos socios incluso exigieran la devolución de su dinero. A pesar de ello, la empresa continuó vendiendo membresías y generando expectativas entre sus futuros clientes.
M., uno de los socios fundadores, compró su membresía en 2015, cuando el club aún operaba bajo el nombre de Club Albatros. Durante los primeros meses recibió correos electrónicos informándole sobre los avances en la construcción:
- 7 de agosto de 2015: “¡Se ha iniciado la construcción de su club! En breve estará disfrutando de las mejores instalaciones deportivo, socio-culturales de la región.”
- 17 de agosto de 2015: Se reportó un “70% de avance en la limpieza general del terreno.”
- 27 de octubre de 2015: Se informaba que la Casa Club comenzaría a construirse en noviembre y estaría lista en enero de 2016.
- Febrero de 2016: Se mencionó que la obra estaba en espera de aprobación de la Licencia de Construcción y del Estudio de Impacto Vial.



Sin embargo, después del incipiente vínculo inicial, la comunicación se interrumpió por más de un año, hasta que en octubre de 2017 los socios recibieron un correo informando, sin dar explicación alguna, del cambio de nombre a Club Sportway.
A manera de bienvenida informaban que: “Nuestra nueva sede SPORTWAY MÉRIDA, se respalda bajo una cadena de clubes deportivos de gran trayectoria, que operan bajo un mismo esquema de modernización continua, enfocados al talento deportivo y convivencia familiar”:

Para 2018, finalmente se anunció la apertura para el 1 de octubre. A partir de esa fecha, M. utilizó el club con regularidad y realizó pagos semestrales para obtener descuentos. En enero de 2024 realizó el pago de sus 12 mensualidades en una sola exhibición, pero sólo pudo usar las instalaciones un par de meses antes del cierre definitivo.
“Después de tanta espera, finalmente pudimos usar las instalaciones. Pero el gusto duró muy poco, fue casi igual lo que se esperó a que abriera el club que el tiempo que duró en funcionamiento”, señaló M.
Clausura y las quejas en redes sociales
El 28 de marzo de 2024, las autoridades clausuraron Sportway debido a problemas legales relacionados presuntamente con adeudos en el terreno. Desde entonces, el club sólo ha enviado a sus usuarios algunos correos asegurando que el problema se resolvería, pero ninguno de los compromisos asumidos en dichos mensajes se cumplió.

Tras el cierre, algunos de los afectados se agruparon en la comunidad de Facebook “Te estafó Sportway Mérida“, que actualmente cuenta con más de 120 miembros, donde se han compartido testimonios sobre la falta de respuestas y la imposibilidad de recuperar su dinero.

En Google Reviews, se pueden leer quejas similares:
- “Se quedaron con los pagos adelantados de los socios y ya no hay nadie que dé la cara. En redes sociales eliminan mensajes o bloquean.”
- “Venden membresías sabiendo que tienen problemas legales. Todo estaba bien hasta que cerraron por adeudos.”
- “No explican qué pasa, no hay tiempos ni soluciones. Muchos pagamos anualidades y tampoco quieren devolver el dinero.”
- “Desde el 28 de marzo cerrado… no explican, no dan respuestas, no hay tiempos… muchos pagamos anualidades y tampoco quieren devolver el dinero.”
- “Los vendedores, excelentes para venderte promesas. Pero a partir del 28 de marzo del 2024, en que clausuraron el club sin aviso previo, no devuelven las llamadas, no hay información clara y ni idea de qué pasará con el dinero de todos los socios a los que se nos adeudan meses.”
También el ‘Equipo Sportway’ se vio afectado
E. relata que trabajó en el club por varios años, desempeñando no sólo las tareas de su puesto y atención al cliente, sino también labores de limpieza, acomodo de equipo y diversas funciones administrativas, lo que se ofreciera ya que tenía “muy bien puesta la camiseta”.
“El ambiente laboral era bueno, incluso cuando me saturaba podía caminar por las instalaciones y relajarme. Nunca imaginé que nos enteraríamos del cierre por un mensaje de un usuario.”
Según sus cálculos, para el primer trimestre de 2024 había entre 800 y 900 membresías, lo que equivalía a unos 1,500 usuarios. Sin embargo, no sabe las cifras oficiales. E. sospecha que el problema principal no fue la falta de flujo económico, sino un conflicto relacionado con el contrato de arrendamiento.

E. se siente molesto y defraudado porque considera que “el club” no se merecía terminar así, después de haber superado los problemas iniciales de su construcción y los desafíos de la pandemia. Cuando por fin comenzaban a funcionar las cosas, al menos eso parecía, vino el cierre total.
Su despido fue injustificado, y únicamente le ofrecieron un mes de liquidación.
Las manos atadas de la PROFECO
El cierre de Sportway dejó a decenas de usuarios en incertidumbre. PROFECO recibió varias quejas de los afectados, quienes han intentado organizarse para exigir la devolución de su dinero. Sin embargo, la respuesta de la autoridad ha sido ineficiente.
M. presentó una queja en agosto de 2024, pero después de cuatro meses de espera, la PROFECO le informó que debía proporcionar la dirección actual del club.
El 17 de enero de este año recibió una notificación por correo informando que “no proporciona la dirección o domicilio actual del Proveedor ya que en la dirección que proporciona en la queja ya no se encuentra el proveedor requerido y la razón social completa actualizada del proveedor” por lo que se invita al quejoso “para que en el término de cinco días hábiles contados a partir de que haya surtido efectos la notificación, presente ante esta autoridad documentación por duplicado en original y copia donde se proporciona la dirección o domicilio y la razón social completa actualizadas. para notificar al proveedor requerido”.
“No puedo creer que les llevó cuatro meses confirmarme que el club ya no estaba en esa dirección. ¿No era evidente? No hay solución, no hay justicia.”

Eso sí, bastaría con revisar el sitio web del corporativo Sportway en el que aún promocionan su sede en Mérida, para que la PROFECO contara con algunas pistas de cuáles son los datos actuales de la empresa o dónde localizarlos.
A pesar de que la Profeco no proporcionó información sobre el tema, de manera extraoficial se obtuvo un registro de más de 30 quejas ante esta instancia entre abril y agosto de 2024, de las cuales el organismo descentralizado no resolvió ni una sola.

Al respecto, Eduardo Arenas Carrillo, presidente de la Asociación Nacional de Abogados de Empresa (Anade), Yucatán, calificó el tema como un caso atípico, ya que en caso de quejas de servicios siempre suele haber una persona o figura a la cual reclamarle para que la parte quejosa tome acciones ya sea de tipo jurídico, mercantil o penal, sin embargo, en el caso de Sportway, el personal directivo que lo administraba no da la cara.
“La primera recomendación siempre es que haya un acercamiento con Profeco, pero es una instancia de conciliación y tiene recursos limitados porque tiene la facultad de solicitar información a otras autoridades y estas no siempre le contestan”, describió.
El especialista especificó que por disposición del Artículo mil 50 del Código de Comercio, las controversias de carácter judicial entre civiles y personas del ámbito comercial, se deben ventilar por la vía mercantil y deben irse a un juzgado local o federal y podrían ir por una instancia penal por fraude o abuso de confianza.
Sin embargo, por el tiempo y el costo que esto implica, la mayoría de las personas desisten, pero eso sí, una recomendación que dio es que las personas se unan y en colectividad pueden iniciar una instancia judicial en Profeco por acciones colectivas o una instancia mercantil en donde participen varias personas ejerciendo la misma acción contra el mismo demandado.
De tal suerte que sólo 2 mil días se mantuvo abierto un club que llegó con la promesa de convertirse en un referente local en cuanto a instalaciones deportivas en el sureste mexicano. No obstante, sobre la Avenida Yucatán están las instalaciones clausuradas y saqueadas que dan testimonio de una promesa vacía y de la cruda realidad.