Por Itzel Chan y Miguel Cocom
En todo Yucatán hay aproximadamente 100 mil mototaxis, el número oficial no se sabe a ciencia cierta ya que no existe aún un censo gubernamental de este tipo de unidades.
No obstante, este tipo de servicio está presente en los 106 municipios de Yucatán y es un transporte que permite a miles de usuarios moverse día con día para llegar a sus escuelas, a sus trabajos o como vehículo de escala previo al abordaje de su respectivo autobús.
Y si bien su presencia es cotidiana en colonias y comisarías de Mérida y todo el estado, en Umán hay una cooperativa de mototaxistas que se distingue por dos detalles muy significativos: está integrada únicamente por mujeres y se han organizado para apostarle al uso de unidades eléctricas para contribuir al cuidado del medio ambiente.
La asociación civil se llama Guerreras Fénix de Umán y se describe como una “agrupación de mujeres trabajando en conjunto para y por las mujeres. Un grupo de guerreras capaces de resurgir de las cenizas como un fénix y así ayudar a todas las mujeres posibles a salir adelante”.
De acuerdo con Verónica Ocaña Domínguez, secretaria general de Guerreras Fénix de Umán, la agrupación está conformada por más de 40 mujeres y vienen trabajando de forma colectiva desde hace poco más de dos años.
Karen Aldape es la encargada del mantenimiento mecánico de las unidades y, también, una de las responsables en la conversión de una de las unidades a un prototipo que funciona con motor eléctrico.
Se trata de un proyecto que contó con el apoyo del Programa de Pequeñas Donaciones (PNUD) y que hoy puede verse circulando por las calles del Fraccionamiento Piedra de Agua y colonias colindantes en el municipio de Umán.
Karen, quien aprendió la mecánica de forma autodidacta desde los 16 años, también conduce este prototipo que le apuesta a las energías limpias y que, además de cuidar el medio ambiente, le da mayor certeza y seguridad a madres de familia de la colonia para que recojan a sus hijas de la escuela o las jóvenes que se dirigen entre semana a su trabajo.
“Se sienten más seguras con una mujer mototaxista”, señala.
Entre el mantenimiento a las balatas y los cambios de aceite rutinarios, Karen ya está más que lista para poner manos a la obra y realizar la conversión de la siguiente unidad, cuando el apoyo financiero lo permita. Y es que las Guerreras Fénix saben que de las cenizas surge la verdadera sororidad y también las energías más limpias: las que ayudan a mejorar a la comunidad.
Verónica, mientras tanto, reconoce mucho el trabajo de Karen y el de todas y cada una de las integrantes de la asociación.
Comparte que una de las razones que dio origen a esta agrupación es porque las mujeres buscaban un ingreso que al mismo tiempo les diera oportunidad de estar con sus hijas e hijos y acompañar su desarrollo y crecimiento.
Aunque Umán es una zona industrial y con mucha oportunidad laboral, Verónica dice que no contarían con la misma flexibilidad para estar con su familia si aceptaban un trabajo en alguna fábrica.
El proyecto de contar con unidades que se muevan a partir de energías limpias fue respaldado en un inicio por la Universidad Modelo y ese camino les llevó a las Naciones Unidas (ONU).
“Ahorita trabajamos para tener la conversión de todas las unidades porque nos dimos cuenta que con el cambio de aceite y al ser litros y litros, contaminamos muchísimo y ahora lo que pensamos y queremos es que nuestras nietas y nietos respiren un aire puro”, dice.
Con su actuar piden apoyo del Gobierno del Estado, pero se niegan a recibir unidades eléctricas, sino que les apoyen con recursos para convertir las que ya tienen, pues de lo contrario, sienten que sería pérdida de recursos.
Verónica tiene nueve años como mototaxista y aunque no fue fácil al principio convivir con sus compañeros hombres, hoy por ejemplo, en la asociación que ha conformado con otras mujeres ha logrado que todas cuentan con seguridad social, así que tienen acceso a seguro médico y pueden soñar de forma realista con tener una casa con base de los años de trabajo.
Con esta labor, la hija y el hijo de Verónica estudiaron una carrera universitaria y eso a ella le causa mucho orgullo.
La unidad eléctrica que ellas tienen es el primer prototipo de mototaxi en todo México y esto es apenas el principio.
*Pueden conocer más del trabajo de la asociación en su página de Facebook: