Por Itzel Chan
Tecolutilla es una comunidad de Comalcalco, municipio tabasqueño y muy cacaotero. Ahí hay un proyecto llamado “La Campesina”, integrado por productoras y productores que se dedican al cultivo del cacao en la región.
En un Tabasco que se ha visto acechado un tanto por la violencia, hallar un sitio como el que tiene esta agrupación es esperanzador porque todo está lleno de verde y vida y por idealista que parezca, también se respira mucha paz que hace eco en los cantos de las aves coloridas.
Entras y lo primero que ves es un árbol gigante, y a un costado hay un corredor con techado, sillas y mesas de madera que de tanto en tanto se convierte en un comedor tradicional en donde las personas pueden tomar un chorote fresco y comer unas mojarras asadas.
Plantas ni alcanzaríamos a enumerar todas las que hay, pero encuentras en el lugar canela, caimito, mango, guanábana, aguacate, naranja, limón y plantas de orégano, jengibre, hierbabuena, y otras más, pero sobre todo, encuentras árboles de cacao, uno muy peculiar de la zona y que con un buen manejo de cosecha se puede obtener fruto de muy alta calidad, listo para ser usado en variedad de alimentos, incluyendo el chocolate.
De esa manera entras en una experiencia vivencial, pues quienes integran La Campesina dan la oportunidad de conocer el proceso de elaboración del chocolate y sobre todo, tienes la oportunidad de apreciar las mazorcas bebés de cacao, creciendo en su tierra negra y fértil.
En este lugar descubres diversidad de productos a base de cacao 100% tabasqueño que es cultivado bajo prácticas que promueven la conservación de la biodiversidad y los recursos naturales.
Además se fomenta el valor gastronómico y ambiental del cacao a través de la oferta de talleres donde se muestra el proceso de elaboración del chocolate, catas y demostraciones.
Aunque actualmente el sector de producción de cacao enfrenta una crisis debido al cambio climático, quienes laboran con amor en La Campesina miran como una oportunidad el cultivo sostenible de este fruto que tiene un valor ancestral, por eso invitan a las y los consumidores de productos de cacao que no regateen a la hora de comprar y así les permitan tener también una vida digna a las y los productores.